El aluminio se ha convertido en material de referencia para el sector tecnológico. Sus propiedades únicas (ligereza, durabilidad…) lo hacen ideal para productos finales como los teléfonos móviles, los ordenadores portátiles y otros dispositivos electrónicos

La demanda en aluminio aumenta; los residuos del sector tecnológico también.

En este nuevo escenario, el reciclaje se está imponiendo como solución para limitar la huella de carbono de la industria. Por una parte, aporta una respuesta sostenible a la gestión de productos que han terminado su vida útil. Por otra, funciona como complemento a la producción de aluminio primario que requiere mucha más energía, contribuye a las emisiones de gases de efecto invernadero y se enfrenta a desafíos en cuento a materias primas.

Lo que sucede actualmente en el entorno tecnológico es un ejemplo: esas mismas conclusiones podrían aplicarse a todos las industrias que trabajan con aluminio.

Como empresas del sector del calor industrial, unas de nuestras labores es comunicar sobre la importancia del reciclaje, apoyar iniciativas que se organizan en este sentido. Pero nuestra responsabilidad en la lucha contra el cambio climático va mucho más allá.

Tenemos que desarrollar soluciones para la producción de aluminio verde teniendo en cuenta no sólo la viabilidad económica del proyecto sino también la madurez tecnológica del mercado y sus particularidades.

Para hacerlo, tenemos que dotarnos de potentes departamentos de ingeniería que abarquen todas las fases del proyecto, desde la metalurgia hasta la puesta en marcha y gestión de proyectos.

Tenemos que contar con un equipo humano de distintas áreas de especialización que trabaje mano a mano, con el foco puesto en el rendimiento, la eficiencia, la sostenibilidad y la calidad.

En Insertec, ya hemos dado este salto. La ingeniería térmica es una de las fortalezas de nuestra organización: es parte de nuestro ADN.

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