La metalurgia del hierro cada vez necesita de procesos de fusión más rápidos. Este hecho hace que los hornos presenten una alta densidad de corriente cerca de la periferia del revestimiento con lo que la temperatura en esta zona sufre los efectos de calentamientos y enfriamientos bruscos lógicos del proceso de fusión.
Si un horno de inducción no tiene un buen comportamiento termomecánico, se pueden provocar grietas en el mismo, que son un camino de infiltración de metal fundido. Estas penetraciones pueden comprometer el rendimiento final de todo el revestimiento
El uso de hornos de inducción con cada vez más potencia provoca que los revestimientos refractarios estén sometidos a esfuerzos térmicos mayores que comprometen su vida útil.
Para cumplir con estos requerimientos, se ha desarrollado una nueva gama IS7 , que cuenta con sílice fundido. Esta nueva composición permite que el material tenga una dilatación y contracción menores tanto en la cara caliente como en la fría.
El uso del Cuarsil IS7 está también recomendado para hornos con un ciclo térmico fuerte, donde mantiene su integridad mecánica durante toda su vida de trabajo.