Hace pocos días, la UFI (Global Association of the Exhibition Industry) presentaba los resultados de su análisis sobre las consecuencias directas e indirectas del Covid-19.
En total, ya son más de 500 las ferias que se vieron afectadas por el virus. Algunas fueron aplazadas, como METAL + METALLURGY; otras, directamente canceladas. Algunos eventos aún siguen en pie: ALUMINIUM 2020, por ejemplo, sigue programado del 6 al 8 de Octubre de 2020.
Según Kai Hattendorf, Director Ejecutivo de la asociación, estamos ante un “un efecto dominó creciente para sectores enteros”. Un efecto dominó cuyas primeras cifras son bastante alarmantes: se estima que los pedidos que las empresas expositoras no están obteniendo actualmente suman ya 23.000 millones de euros (26.300 millones de dólares) a nivel mundial.
Las ferias constituyen uno de los pilares de la actividad comercial de muchas compañías. Por ello, a pesar de que la UFI sea uno de sus defensores lógicos, no podemos dudar de la objetividad de una de las conclusiones del estudio: «Estas cifras enfatizan la importancia crítica que juegan las ferias en cualquier recuperación económica: los mercados y los centros de reunión son la vía más rápida para impulsar cualquier recuperación económica».
En los últimos días, se han multiplicado los artículos que recogen opiniones de directivos sobre esta cuestión. Muchos van en la línea de las conclusiones del UFI. Defienden que las ferias son la ocasión de conocer a un máximo de clientes potenciales en un mínimo de tiempo y de dar a conocer sus últimos desarrollos.
Sin embargo, ya no se trata de una visión unánime. La crisis del Covid19 ha abierto el debate sobre la eficacia real de las ferias, sobre todo en el sector industrial. Uno de los argumentos más repetidos es que al tratarse de pedidos de un valor importante, muchas veces el mayor éxito comercial es firmar algo que se ha estado negociando durante meses y que, al fin y al cabo, ese mismo acto se podría realizar en cualquier otro entorno y condiciones que no requieran una inversión comparable. Las ferias no son baratas y muchos son los que dudan del retorno que pueden tener en el panorama actual.
El Covid19 está provocando un verdadero cambio en todo en la sociedad y puede que éste sea más impactante todavía en el mundo laboral. Ya no hacemos las cosas como siempre y no lo volveremos a hacer. Estamos aprendiendo, innovando, creando nuevos modelos. En una palabra: redefiniéndonos. Es un ejercicio que a todos nos toca hacer…incluso a los organizadores de eventos comerciales. Es pronto para saber cómo serán las ferias de mañana, pero no hay lugar a duda de que será una versión mejorada de lo que hemos conocido hasta la fecha.